La identificación proyectiva y la proyección
¿Qué nos impulsa a desplazar nuestras propias incomodidades y aspectos indeseables hacia otros? ¿Cómo afecta esto nuestras interacciones cotidianas y nuestras relaciones más íntimas?
Proyección
¿Qué es la proyección?
Es uno de los mecanismos de defensa más básicos que existen. Consiste en poner fuera los aspectos que uno no puede tolerar de sí mismo para mantener a salvo la “parcela de lo bueno”. Se trata de un mecanismo inconsciente, por lo que las personas, a no ser que pongan atención sobre su forma de actuar, no se dan cuenta de que lo llevan a cabo.
¿Para qué se usa la proyección?
Para hacer frente a una sensación incómoda o desagradable que tenemos dentro. Al proyectar, provoca que la reacción hacia eso que proyectamos se ponga fuera, y no en uno mismo, lo cual es mucho más manejable que asumir que es algo que está dentro de nosotros.
¿Cual es su mecanismo?
A corto plazo asegura cierto nivel de tranquilidad, mientras que a largo plazo puede llevar a desresponsabilizarnos de forma patológica de lo que es nuestro. Además de una no aceptación de lo que somos. Esto hará que caigamos en los mismos patrones repetidamente hasta que no cortemos con el círculo vicioso de la proyección, lo cual nos frustrará y generará malestar.
Ejemplo de proyección
La culpa. Al no poder tolerarla bien, la ponemos en el otro, de tal manera que es algo que nos aleja del malestar, podemos criticar fácilmente en el otro y evita que nos responsabilicemos de aquello que nos hace sentirla.
El origen de la proyección
Lo describió por primera vez Sigmund Freud, quien se dio cuenta de que los pacientes ponían en otras personas aquellos sentimientos que ellos sentían a nivel profundo, pero que no eran capaces de reconocer.
Identificación proyectiva
¿Qué es la Identificación proyectiva?
Va un paso más allá de la simple proyección, ya que, además de atribuir los aspectos negativos propios a otra persona, se le producen e imponen esos afectos. Es provocar aquello que no puedo tolerar de mí mismo en el otro. El origen de su nombre radica en que la persona proyecta algo y busca que el otro se identifique con ese algo.
Ejemplo de identificación proyectiva
El maltrato. Las personas que maltratan en muchas ocasiones se han sentido maltratadas en algún punto, y para aliviar ese dolor se lo inculcan a otros. Por ejemplo, cuando unos padres maltratan a sus hijos, buscan inconscientemente que ellos sientan el miedo y la indefensión que ellos sienten.
En última instancia, la comprensión de los mecanismos de proyección y identificación proyectiva nos invita a una introspección profunda sobre nuestras propias dinámicas psicológicas. Al reconocer la omnipresencia de estos procesos en nuestras interacciones cotidianas, podemos desentrañar los nudos de la incomodidad y la discordia en nuestras relaciones.
¿Conocías estos mecanismos de defensa? ¿Te das cuenta de cuando proyectas en los demás? ¿O más bien te das cuenta de cuando proyectan sobre ti?